miércoles, 9 de junio de 2010

Tristeza Invitada

Tristeza inmesurable que carcomes mi alma
que poco a poco te llevas las sonrisas de mi cara
imploro no te quedes en mi por mucho tiempo
por que siento ahora que me estas consumiendo.

Haces que las lágrimas laven mi cara,
que me derrumbe, entre al vacio, no vea nada más.
Arrancas todo de mí, ocultas las razones de vivir,
Me extravias de aquel camino que sin tropiezo debo seguir.

Necesito desplazarte de mi vida o por lo menos me visites poco,
por que aunque me permitas valorar mis momentos alegres
ahora solo quiero que te lleve el viento
sin que reposes en ningún otro débil cimiento.

Voy cayendo, me voy sumergiendo.
Cuando toco ese extraño fondo
sensaciones extrañas invaden mi alma
y pensamientos muertos no permiten que salga.

Miro a mi alrededor, todo está oscuro
pero extrañamente tranquilo
empiezan a salir fuerzas que jamás pensé surgirían,
fuerzas que siempre han estado en mí
pero por la ceguera en mí nunca a ellas recurrí.

Tristeza  despiadada, ahora valorada,
sanarás en mí y me permitirás seguir
renovada alcanzaré la superficie de calma 
sin que nada la perturbe allí reposará mi alma. 

(Escrito: Mayo 7 de 2010)


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